jueves, diciembre 04, 2008

Sobre drogas y narcotráfico
















 
Después de que un amigo me escribiera un mail dejando ver su preocupación y hasta cierto punto su alarma porque se había enterado que su pareja había ido a una fiesta rave y había fumado marihuana, me hizo pensar que había así como él muchos de mis amigos y familia que podrían tener una reacción fuera de proporción ante un hecho como este, también porque me pareció entender, tanto en su carta como en algunos diarios mexicanos que consulto regularmente en Internet, que se vincula muchas veces el consumo personal de drogas como una extensión del narcotráfico, como si se tratase de una y la misma cosa. Le escribí una carta a él, de la cual salieron algunas ideas que pensé en compartir con más personas para dialogar, para pensar juntos y para ser simplemente un poco más críticos con lo que pasa en nuestro entorno, claro intentando entenderlo mejor.


Tu sabes que yo hice investigación sobre los raves, casi durante 3 años, en México, en Cuernavaca y en Tijuana; los chicos y chicas que van a los raves no van solo a drogarse, como no todos lo que van a la universidad aprenden, ni todos los que van a un bar se emborrachan, ni todos los que van a la iglesia rezan.

No sé cuánto han cambiado los raves en México, pero en mi experiencia en una fiesta como esta pasan muchas cosas: bailas, conoces gente, gritas, sacas un montón de energía, puedes incluso llegar a sentir que vives experiencias místicas o mágicas. En el conjunto de cosas que hace de una rave una rave de verdad y no una kermés están las drogas, pero tienen la misma importancia que el alcohol en una disco, no más no menos. ¿Te imaginas una disco sin alcohol?

Con esto quiero decir que hay un contexto festivo que incluye la posibilidad de que la gente use diferentes tipos de drogas, un contexto que tiene principio y fin, no es lo mismo fumar mota o usar éxtasis en una fiesta rave, que meterse una raya de coca en el baño del trabajo después de desayunar. Este contexto es también como el que permite que en una boda los amigos de los novios se emborrachen y lo pasen bomba y nadie piense que no son capaces de mantener la compostura.

Volviendo al caso de la discoteca y el alcohol te doy la razón, claro que algunas veces el alcohol crea problemas: no falta un borracho agresivo, una chica que está tan alcoholizada que no se entera ni a quién besa, tontos que saliendo de la disco se van manejando su coche, pero esto no es un motivo suficiente para decir que el alcohol en sí mismo es una mierda o un grave problema. El problema no está en la sustancia sino en el uso que se hace de ella.

Estarás de acuerdo conmigo en que tampoco por haber tomado una cerveza o un gin-tónic te has convertido ya en un alcohólico. Entonces, por qué nos da tanto miedo cuando pensamos en una persona que se ha fumado un cigarro de marihuana. Es como si se convirtiera de pronto –ya, por arte de magia- un drogadicto y en cambio nos parece normal que un niño se tome un vaso de rompope con el flan, y no lo llamaremos un alcohólico -tal y como están las cosas es más fácil conseguir alcohol que marihuana (en todos los supermercados, tiendas, etc.)- además de que tiene el mal ejemplo de sus papás, de sus tíos, lo ve en la tele, hay bares, siempre el alcohol por todos sitios, ¡la gente queda para tomar! Es una visión catastrófica todos terminaremos siendo alcohólicos si lo vemos con esos ojo, ¿no?

Curiosamente esta visión del alcohol no nos da miedo, aunque racionalmente el riesgo que corremos con el alcohol es mucho mayor que con otras drogas (que el alcohol también es una droga, no hay que olvidarnos de eso) porque socialmente lo hemos asimilado, tenemos una serie de reglas, de quién vende, quiénes pueden comprar, cuántos impuestos hay que pagar, en dónde beber, con quién y cuándo. Solo los que se saltan esas normas se convierten, entonces sí, en gente que no controla su manera de beber: en alcohólicos.

Un grave problema que hay con las otras drogas es que no están reglamentadas y al no estar así, no hay un control de calidad. Eso me parece una de las cosas más preocupantes, ya que eso sí pone en riesgo la salud de una persona, en cambio el riesgo de convertirse en un drogadicto por tomar una vez en un contexto festivo algo para pasarlo bien, desde mi punto de vista, es remoto. Pero hay que recordar que también ha pasado eso con el alcohol, ha habido varios casos de alcohol adulterado.

Volviendo a la pregunta que había formulado antes, por qué nos da miedo entonces que una persona fume una vez marihuana o se “drogue”, yo creo que principalmente el miedo es por la ignorancia, el miedo es por lo desconocido, el miedo es porque no sabemos cuáles son los efectos, no sabemos cuáles son los alcances que tiene esta o la otra droga, y sobre todo porque socialmente le hemos dado ese lugar de lo marginal, de lo peligroso, de la depravación, de la gente sin valores. Es decir que socialmente no hemos creado las reglas que hemos creado para el alcohol, que nos indiquen, el quién, con quién, dónde, cuándo y cómo (acá tengo que decirte que muchos de los pueblos indígenas sí que tienen hecho esto, sobre todo en el consumo de plantas sagradas en contextos de rituales y curiosamente no son adictos a estas “drogas”, pero las estadísticas indican que estos pueblos tienen uno de los más altos niveles de alcoholismo en México, derivado también de condiciones sociales y económicas que ahora no explicaré. Y me pregunto si se está utilizando al menos un 5% del dinero que se usa para luchar contra el narcotráfico, para luchar contra el alcoholismo en esta capa de la población)

Yo creo que el miedo no es sano en una sociedad, porque el miedo y la desinformación hacen en una sociedad sea débil y manipulable. Afortunadamente hay muchos textos escritos por gente que ha hecho trabajos serios, que explican muchas cosas sobre las distintas sustancias, sobre los contextos en los que se consumen, sobre los riesgos que se corren, y en su caso sobre las terapias serias que se pueden seguir si es que se ha caído en un problema de adicción.

Pero insisto en el miedo y las desinformación, me pregunto si esta imagen de la corrupción, de la violencia y el narcotráfico es de verdad un problema para la sociedad en general. El narcotráfico es un tema amplio y complicado y no entraré en él porque no hay espacio para hacerlo, pero hay que subrayar que hace algunos años el alcohol generaba la misma violencia que genera hoy día el tráfico de cocaína (y no hay que confundir el tráfico de drogas, el qué de verdad es complicado y mueve mucho dinero es el de la cocaína y el de los opiáceos, la marihuana y otras drogas que no necesitan de un proceso de síntesis no son un problema porque quien las quiere de verdad las cultiva en su casa -como pasa en España, dónde además eso es legal y está regulado-) y que solo se pudo controlar hasta el momento en el que se pusieron reglas para vender el alcohol, porque de cualquier manera la gente lo consumía, me pregunto si no es mejor dejar de tener una doble moral que criminaliza y niega una práctica que por otro lado enriquece cada vez más a esos mismos que tienen el poder de poner un alto a tanta violencia y gasto del dinero de los impuestos de todos los ciudadanos en una guerra que, una vez más te digo, tiene una solución fácil: poner la reglas que garanticen la seguridad y salud de los ciudadanos, pero que los dejen elegir también, no que los traten como deficientes mentales.

(Nota: este es un texto que escribí hace un poco más de un año, hoy día las cosas que pasan en varias ciudades de México superan por mucho el nivel de violencia del que había en la época en la que escribí el texto. Hoy diría que es más bien urgente plantear un debate público serio sobre la regulación del mercado de las drogas.)